Se rompe el equilibrio.
Si gastas lo que no generas o no tienes.
Si no sabes guardar para cuando vengan las vacas flacas.
Si no interiorizas que a medio y largo plazo los ingresos han de superar a los gastos.
Si no gastas o inviertes con sentido común ( y no hace falta ser tacaño, también hay que saber vivir).
El nivel de responsabilidad de los que deciden los gastos.
Si se despilfarran ingresos públicos (que son de todos) y no se gestiona con eficiencia, el daño es a toda la comunidad de personas (municipios, comunidades, países, uniones de países).
Si se malgastan los ingresos de una unidad familiar, el daño lo sufren principalmente los hijos.
Si los que administran una empresa son derrochadores, lo sufren de manera directa los dueños del capital (accionistas) y los trabajadores.
FELIZ AÑO 2019 Y UNA BUENA DOSIS DE EQUILIBRIO, PRUDENCIA Y SENSATEZ.
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