Los años que uno lleva a su espalda me han enseñado, que la gente en lo que se refiere a sus finanzas, demanda explicaciones sencillas y claridad meridiana. Bastante cuesta ganar un sustento, conseguir excedentes (para ahorrar o invertir) o afrontar una financiación (devolver intereses y capital de un préstamo) para que no entendamos desde el minuto uno, las cuestiones esenciales.
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Más euros para comprar lo mismo
¿Dónde van los euros con más frecuencia?
Los míos sin duda, a llenar dos carros. El de la compra de comida y el que circula por carreteras y calles. Ambos cada día, me piden más efectivos (nunca mejor dicho) para realizar el intercambio por comida o combustible. El poder adquisitivo de los euros se debilita y mina su capacidad para canjearlos por productos básicos.
El valor de los depósitos mengua
El valor de los euros que has conseguido mantener en el banco como «ejercito de reserva», obviamente también mengua. Un problema que se agrava con la poca disposición a renumerar las cuentas corrientes o depósitos por parte de muchas entidades financieras. Si vas a la oficina del banco a solicitar que te renumeren tus ahorros, lo normal es que te hablen de que existen otras alternativas como los fondos, seguros de ahorro u otros productos. En este caso, lo conveniente es insistir en que no has venido a hablar de inversiones financieras. Estás planteando que te paguen un tipo de interés por esa parte de tu patrimonio financiero que prefieres mantener en liquidez. Bien porque estás más cómodo así, o por si surge un imprevisto. Uno al final, se queda perplejo al observar como sube el tipo de interés de préstamos e hipotecas en comparación con el dinero (depósitos o cuentas) que se «presta» al banco.
¿Y de los préstamos qué?
Ahora más que nunca debido a la subida de tipos, es conveniente a la hora de formalizar un préstamo, hacer el ejercicio rápido de multiplicar la cuota mensual (que comprende capital e intereses) por el número de meses. Para situarnos y hacer una primera comparación entre lo que nos prestan y lo que devolveríamos a lo largo del tiempo. Si el tipo de interés es variable, conviene realizarlo cada año al conocer la nueva cuota. Pongamos especial cuidado en vigilar el alto coste de una combinación de plazos largos y tipos altos, independientemente de que los procesos inflacionarios beneficien al deudor.
Paisaje en las cimas 50 y 60
BAGAJE EN LA MOCHILA
Quienes se hallan en el entorno de los cincuenta o sesenta años, han dejado atrás el suficiente trecho para constatar en carne propia, que la vida en ocasiones nos empuja a asomarnos al abismo. En las vicisitudes que se acumulan en cinco o seis décadas, las posibilidades de sufrir algún zarpazo que nos tambalee, no son escasas. A estas cimas, si llegas con buen pie, lo normal es que hayas contado con corazas resistentes: capacidad de lucha para levantarse aunque se vuelva a caer, una dosis apropiada de fortuna, principios sólidos a los que aferrarse, o apoyos que nunca fallen. Las personas que contemplan el horizonte desde esos puntos, o están curtidas, o han hecho callo. Una carta de presentación con fundamentos, si optan a un proceso de selección en una empresa. Siempre y cuando, los departamentos de recursos humanos no filtren por fecha de nacimiento.
Pregunte sin miedo y con calma
Pregunte hasta comprender. No cese de interrogar a su interlocutor, hasta estar convencido de que sus preferencias encajan con el producto que le ofrecen. Intente mantener una conversación sosegada que vaya concretando los aspectos esenciales; que sirva de freno a las posibles ganas de cerrar la operación del vendedor. Las prisas no son buenas consejeras. El principal defensor y conocedor de sus finanzas es usted. Valore la búsqueda de un asesoramiento financiero independiente, si llega el caso.