Una alternativa o complemento para incluir en nuestra estrategia de ahorro e inversión a medio y largo plazo. La renta variable y los dividendos obtenidos.
Lo normal es que por un depósito o producto de renta fija nos ofrezcan en los tiempos que corren, un tipo de interés cercano al 0%. Si nos fijamos en la renta variable (las acciones), podemos poner el objetivo en empresas con un buen dividendo que sea sostenible en el tiempo. Nos vendrá bien conocer el tipo de negocio, su solidez y algunos datos como por ejemplo si cuenta con una buena generación de caja o no.
Las dos formas más habituales para invertir en renta variable son:
De forma directa, comprando los títulos en el mercado.
De forma indirecta, a través de productos financieros como los fondos de inversión o los planes de pensiones.
Tenemos que analizar si en nuestra estrategia de ahorro e inversión tiene cabida la renta variable. También es fundamental conocer las ventajas y riesgos de todos los tipos de activos financieros y no financieros.