Suponga que tiene una pequeña empresa y que está compitiendo en un mercado con precios ajustados y márgenes estrechos. Lo último que necesita es que le «organicen los costes». Usted al lanzar su empresa, es una fuente de beneficios para la sociedad. Aumentan los ingresos públicos por impuestos y cotizaciones. Las personas pueden acceder a empleos. Crece la actividad y el desarrollo económico.
Si por ejemplo tiene que hacer frente a una subida del salario mínimo por decreto, puede perder competitividad al no poder trasladar el aumento de costes a sus precios de venta.
¿Y si tiene que cerrar porque le «expulsan del mercado»? No pongamos dificultades a los creadores de riqueza en una sociedad.
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