El futuro siempre va asociado a situaciones de incertidumbre. En el ámbito privado es nuestra responsabilidad intentar adelantarnos a los acontecimientos, combinando esfuerzo y planificación. Para gestionar con eficacia los asuntos de la vida en común, necesitamos líderes con capacidad para poner en valor lo importante y lo prioritario. Los grandes retos de la sociedad en lo que a economía se refiere, han de afrontarse con determinación y visión a largo plazo. A continuación les invito a poner el foco, en lo que considero son los cuatro desafíos principales con los que tenemos que lidiar en nuestro país.
Nuestro hábitat, un puntal del estado del bienestar, las finanzas con sentido común y el motor de la economía de un país.
NUESTRA CASA, EL PLANETA TIERRA
Si a nivel personal es básico el cuidado y mantenimiento del hogar, a nivel colectivo es transcendental el buen uso de los recursos naturales. Economía circular (reciclo, alargo la vida útil de los bienes) en detrimento de la economía lineal (comprar, usar y desechar). Gestión del agua y fuentes de energía que no dañen. Primera prioridad económica: el planeta que habitamos no es sustituible. Esta batalla afecta a todos los países.
LA POBLACIÓN ENVEJECE
El aumento de la esperanza de vida, la baja natalidad y los cambios en las formas de trabajar nos invitan a revisar los sistemas de pensiones públicas. Poder compatibilizar empleo y pensión pública nos puede ayudar. Fomentar el ahorro de previsión privado con fórmulas más imaginativas es de vital importancia. Mantener una estructura sostenible en el tiempo es fundamental en un estado moderno. Necesitamos estrategias a largo plazo y ponernos manos a la obra cuanto antes. Es recomendable que la administración informe a los ciudadanos acerca de su futura pensión pública, en base a los datos de cotización de cada persona. Una labor pedagógica que conlleve a asumir responsabilidades por parte de todos, puede sernos muy útil.
EL EXCESO DE DEUDA PÚBLICA
Los excesos no son buenos, desequilibran cualquier situación. Vamos a condicionar el futuro de las siguientes generaciones con el peso de una deuda pública abultada. Es prioritario gastar menos de lo que se ingresa y reducir deuda. Busquemos fomentar las industrias en las que tenemos ventajas competitivas y sean exportadoras. El déficit primario en las cuentas públicas (ingresos – gastos sin incluir intereses < cero) debería ser una situación muy excepcional en cualquier Estado. Al igual que una persona conoce la deuda de su familia, no estaría de más que todos conociésemos datos básicos de la deuda del país al que pertenecemos. Cuando los tipos de interés suben, un exceso de deuda incrementa el gasto financiero y deja poco margen de maniobra en situaciones complejas.
EL EMPLEO
El trabajo y la actividad son los motores de una economía. La robotización de los procesos productivos y la digitalización de la economía genera cambios en la formas de empleo. En España los datos de paro juvenil son muy preocupantes. La oferta de formación ha de adaptarse mejor a las necesidades de las empresas. El encaje y la asociación de las diversas generaciones puede fomentar opciones de empleo. Necesitamos que desaparezca cualquier tipo de rigidez en el mercado laboral. Los trabajos de pocas horas, el teletrabajo, desarrollar la economía social … Todas las ideas son pocas en una situación de cambio global.