Cuando presto mis servicios a una persona como orientador en economía y finanzas, intento tener cuanto antes una idea formada acerca de cinco fortalezas básicas. Me ayuda a conocer diversas facetas del ser humano que tengo enfrente. Los «cinco castillos» o fortalezas a las que me refiero son:
- Integridad moral. Lo relacionado con su forma de pensar, comportamiento y la toma de decisiones.
- Conocimientos y habilidades. La capacitación y preparación para desenvolverse en cualquier circunstancia que se le presente.
- El poso de la educación recibida. Los valores y principios que le sirven de referencia y el respeto que muestra a los demás.
- Trayectoria profesional. Lo que ha hecho hasta el momento y su situación actual.
- Independencia económica y financiera. Saber si la persona que tengo enfrente vive agobiada por las deudas o por tener un ritmo de vida demasiado alto para sus posibilidades. O por si el contrario es un buen ahorrador o tiene buen olfato con las inversiones.