Empieza el año, es un buen momento para valorar los cambios económicos y sociales que se están produciendo. Me complace compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de las nuevas tendencias en la organización de la actividad económica. Nos afectan tanto a nivel del conjunto de la ciudadanía, como en nuestra vida particular. Sin olvidarnos, que independientemente de los cambios que se produzcan, nuestros planteamientos al organizar nuestra economía y finanzas, deben guiarse por valores y principios sólidos.
1. CAMBIOS Y TENDENCIAS
–Reciclar y alargar la vida útil de los bienes que utilizamos debería ser una prioridad para los ciudadanos. La principal actuación económica del conjunto de la sociedad es administrar con respeto y cuidado los recursos naturales de nuestro planeta. Economía circular versus economía lineal. El consumismo sin límite no es compatible con un desarrollo sostenible a largo plazo.
-Surgen proyectos basados en la economía colaborativa. El uso compartido de bienes y nuevas formas de intercambio se abren paso. Si se complementan y son respetuosas con las formas de organización actuales, estas innovaciones deben ser bienvenidas. En mi opinión, las iniciativas basadas en la colaboración y puesta en común para compartir conocimiento, aportarían valor añadido a nuestra sociedad.
-La previsión va a ser clave en tres asuntos de mucho calado. El primero de ellos es la organización de las pensiones públicas y el fomento del ahorro privado. En segundo lugar señalaría el factor humano en el desempeño de los trabajos; busquemos el equilibrio con la robotización y el desarrollo tecnológico. Por último, quiero indicarles la importancia de la transparencia y gestión eficaz de los ingresos y gastos públicos. Una sociedad madura, al igual que una unidad familiar, no se endeuda permanentemente en exceso, necesita un alto nivel de empleo, a la vez que es previsora con sus ingresos futuros.
2.PRINCIPIOS Y VALORES
A la hora de tomar decisiones que afectan a nuestra economía, nos ayudan los conocimientos y la formación, así como mantener valores y principios de peso. De la misma forma es aconsejable conocer como se administran los bienes comunes. Una visión general de los ingresos, gastos y deudas de nuestro lugar de residencia, comunidad autónoma o país; nos ayuda a mantener una visión más realista de la situación.
-El exceso de oferta en bienes y servicios unido a la incitación al consumo es un constante en nuestros tiempos. Podemos valorar nuestras necesidades reales, la satisfacción aportada y la relación calidad/precio para obrar en consecuencia.
-El conocimiento y la educación favorecen nuestra libertad e independencia de criterio. Nociones básicas sobre finanzas para afrontar inversiones, ahorro y financiación son aconsejables. No podemos quedarnos al margen de los avances tecnológicos y de la informática; son herramientas necesarias en el actual sistema económico.
-A lo largo de los años nos encontraremos con precios sobrevalorados de bienes y servicios. La mejor opción puede ser esperar y atrasar la decisión de compra o inversión. El seguidismo de modas y la compra acelerada nos son buenos consejeros.
–Visión a largo plazo para afrontar las decisiones económicas importantes. La planificación, la templanza y el equilibrio nos hace permanecer centrados en nuestros propósitos. No olvidemos que la administración de bienes coherente suele estar asociada a una carrera de fondo.