El Balance

Si una persona tiene una pequeña empresa o muestra interés por una formación financiera y económica básica, es importante que conozca las cuestiones esenciales de un balance o de una cuenta de resultados.

El balance y la cuenta de resultados son la fotos fijas de una empresa en un momento determinado. Nos ayudan a valorar la situación patrimonial y la actividad económica.

La composición básica del balance: El activo (los bienes y derechos) y el pasivo (los dueños del activo).

El activo no corriente y el activo corriente (existencias, clientes, caja…) en una columna.

El patrimonio neto y la deuda (pasivo no corriente y pasivo corriente) en la otra columna.

¿Es importante que el activo corriente sea mayor que el pasivo corriente? ¿Cuál es el porcentaje ideal de patrimonio neto sobre la cifra total del pasivo? ¿Qué ratios básicos nos interesa conocer y manejar?

 

Balance de la situación, el análisis y la hora de pasar a la acción

Realizar una revisión periódica de la economía familiar a principios de año por ejemplo, da consistencia a la hoja de ruta  de nuestras finanzas. Esta fase en la que analizamos y valoramos datos o situaciones, es previa a poner en marcha o dar continuidad a una estrategia económica.

Seguir leyendo

Nociones económicas y financieras básicas II

Si en la primera parte de esta serie afrontamos la organización de la futura jubilación, ahora vamos a hablar de temas  prácticos. De ideas o conceptos a los que podemos acercarnos para conocer mejor el funcionamiento de la economía y las finanzas.

La diferencia entre el interés simple y el interés compuesto. La importancia del efecto del largo plazo en la constitución de un capital financiero. El objetivo de ahorro y la capacidad de endeudamiento.

El balance y la cuenta de resultados: los bienes y derechos que forman el activo, o su contrapartida, el patrimonio neto o las deudas. La nómina y su interpretación. La inflación y el dinero.

Intentar tener un conocimiento básico de estos conceptos.

3 lecciones de economía y vida

De esos momentos que se te quedan grabados en la memoria en tu trayectoria profesional, recuerdo con afecto y respeto aquellos en los que los clientes me dieron lecciones de economía y  vida. Encuentros en los que con una conversación o una mera observación me daban una clase de sentido común. O simplemente, clarividencia para distinguir entre lo importante y lo superfluo.

LAS NECESIDADES CREADAS

En cierta ocasión, contaba las excelencias de un producto a un cliente e intentaba hacerle ver que lo que le ofrecía le venía muy bien y le podría ser necesario en un futuro próximo. Esta persona de más de 60 años, con un pequeño negocio sacado adelante no sin tesón ni sacrificio, después de escucharme atenta y respetuosamente me dijo:

«Mira Vicente (yo rondaría los treinta y tantos y había cierta confianza entre nosotros), no dudo de la bondad del producto que me ofreces y de que a otras personas sin duda les vendrá muy bien. Yo en mi caso, no creo que me vaya a aportar valor. Normalmente me hago esta pregunta: ¿Lo necesito realmente? Y bueno, la verdad es que suele ser un buen filtro para tomar la decisión de compra».

Este hombre con su respuesta me recordó algo que es de sentido común. El consumismo puede ser frenado a tiempo con una reflexión pausada.

Seguir leyendo