La planificación y organización de un patrimonio es un proceso continuo de toma de decisiones. Decidir por uno mismo requiere de personalidad y de ser consciente de la realidad en la que uno vive. En caso contrario se corre el riesgo de ser una marioneta o de vivir inmerso en un cuento más cercano a la fantasía que a la situación real y personal.
AFRONTAR LA REALIDAD
Cuestiones esenciales a la hora de afrontar una estrategia para nuestra planificación patrimonial:
- Capacidad de acción con mis ingresos, gastos básicos y deuda actuales.
- Horizonte temporal que contemplo.
- Circunstancias personales: familia y edad de sus componentes, gastos o ingresos extraordinarios en el medio y largo plazo (estudios de los hijos, compra automóvil, herencias…)
- La esencia individual humana: cada persona tiene unos gustos, preferencias, emociones y miedos diferentes. Y esto determina su forma de invertir o gastar.
LOS CUATRO BLOQUES EN LAS CUATRO ETAPAS
- Cuatro bloques básicos para organizar economía y finanzas:
LIQUIDEZ – AHORRO – INVERSIÓN – RETIRO
En estos cuatro apartados distribuimos los diferentes tipos de activos: los monetarios, la renta fija, la renta variable, los activos inmobiliarios y el resto.
- En una vida en la que cada fase puede tener necesidades, gastos e ingresos diferentes, podemos clasificar una trayectoria vital en cuatro etapas:
Hasta los 20/25 años Hasta los 45/50 años Hasta los 70/75 años A partir de 75 años
Con el objetivo de que esta clasificación nos ayude a asignar los diferentes activos en cada bloque (liquidez, ahorro, inversión y retiro), en función de las diferentes necesidades a lo largo de una vida.
EL RETO
El reto de rentabilidad depende del nivel de ambición de cada persona. A modo de referencia, con una organización del patrimonio en la que tienen cabida la renta variable y los activos inmobiliarios, un reto mínimo podría ser un 4 o 5% si la inflación es del 1%.
No olviden las revisiones periódicas (mínimo de forma anual) de activos y tácticas de ahorro o inversión. También pude ser interesante tener un plan a 5, 10 años o un objetivo concreto en la edad de retiro profesional.