Habiendo nacido en el siglo pasado y como ciudadano del siglo XXI, no me interesa mucho eso de las izquierdas y las derechas, ni la cantinela que habla de una España u otra. Sospecho que son discursos interesados en crear cortinas de humo en algunos casos, o la falta de valentía que supone quedarse en la equidistancia perenne en otros.
Me gustaría que los que aspiran a ser elegidos servidores públicos por los ciudadanos, planteen propuestas concretas sobre asuntos que afectan a nuestro bolsillo, al futuro de nuestros hijos y a nuestro sistema de bienestar social. Personas y empresas tenemos que competir diariamente en un mundo cada vez más global. Es esencial mejorar la productividad en las organizaciones y la calidad en los bienes y servicios. La apuesta por la educación es primordial para estar en primer nivel y estimular que las personas piensen por si mismas.
Propuestas para ayudar a la economía de las personas
- Incentivar el ahorro y la inversión a largo plazo (mejorar su fiscalidad). Ayuda a la independencia financiera y tiene efectos positivos sobre el consumo (cuando el efecto riqueza aumenta).
- Con la llegada del comercio electrónico, el comercio físico ( a pie de calle, con local) no puede seguir teniendo los mismos costes de licencias y trámites para empezar a funcionar que antes de la llegada de internet. La administración pública también tiene que adaptarse para abaratar costes a los emprendedores.
- Está muy bien inaugurar obra pública, siempre y cuando se tenga previsto la viabilidad económica del mantenimiento posterior. El caso contrario es «vivir por encima de nuestras posibilidades». Mal asunto a largo plazo.
- El Impuesto de sucesiones, por ejemplo, varía en función de la comunidad autónoma ¿No habíamos quedado que todos somos iguales ante la ley? Independientemente de lo justo o injusto que nos parezca este tributo.
- Un sistema de salud y educación público maravilloso sólo se sostiene con los medios humanos y técnicos necesarios para que así sea. No se puede ofrecer la máxima calidad y cantidad si no se cuenta con los medios suficientes. Hay que tener valentía para eliminar partidas de gasto de un sitio y ponerlas en otro (o no ofrecer lo que no se puede pagar y mantener).
Sin olvidar que sin seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada, no hay economía ni libertad.