BALONCESTO: LO INDIVIDUAL Y LO COLECTIVO
Al final de los partidos de baloncesto de mi hijo en categoría benjamín, solemos dar un repaso de vuelta a casa a nuestra «valoración» particular. Los puntos que ha anotado, rebotes, robos de balón, pérdidas (restan), asistencias y protestas (restan). Hacemos la suma, damos del visto bueno o decimos lo que hay que mejorar. Con mucha tranquilidad, algunas risas por las anécdotas y sin perder de vista que hablamos de deporte, diversión y formación. Al final le pregunto si está contento con su partido y con la aportación que ha hecho al equipo. El esfuerzo y la satisfacción individual, como fuentes del bien para el grupo.
EL PROGRESO EN ECONOMÍA
El bienestar y el desarrollo económico del conjunto de una sociedad no son posibles sin el esfuerzo individual. Muchas personas inventando, emprendiendo, creando empresas y negocios, que aparte de la merecida recompensa que puedan obtener, generan empleo, avance tecnológico, redistribución de beneficios vía impuestos y la mejora de la calidad de vida (progreso) de muchos seres humanos. Buscamos nuestro interés propio (mi homenaje a uno de los grandes pensadores de la economía: Adam Smith), inherente a la esencia humana y contribuimos de esta forma a la mejora del nivel colectivo.
EQUILIBRIO Y SENTIDO COMÚN
Lo individual y lo colectivo, equilibrio y sentido común. Crecer a nivel individual (hablamos de personas y no de borregos) y aportar valor al equipo si nos referimos al baloncesto. Libertad para emprender y desarrollar nuevos proyectos que nos estimulen y beneficien al conjunto de la sociedad, si nos referimos a la organización de la economía.
Y no puedo olvidarme de los pilares y garantes de que un equipo crezca en armonía y se respeten las reglas del juego: entrenadores y árbitros con su impagable labor cuando hablamos del mundo del deporte y la formación. O los representantes de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que han de garantizar educación, justicia y seguridad en una sociedad que quiera progresar.