MICRORRELATO
A Lola, las dos sesiones de pilates semanales se le asemejaban a una terapia. Sin embargo, las noches de los viernes de los tres últimos meses le sabían a fuegos artificiales. Sus dos hijos adolescentes dormían esos días en el piso de su ex marido. Secándose el pelo, rememoró anteriores encuentros. Los abrazos de Arturo y sus caricias torpes…El agricultor de mirada franca y sonrisa cautivadora, sabía calmarla. Esa noche la sorprendió al llegar. Le tendió la botella de vino que traía y mostrándole sus manos, la dijo: -Vengo de una sesión de manicura. Traigo las manos sin asperezas e hidratadas. Cuando te acaricie, voy a estar a la altura de tu piel-.
Toledo, mayo de 2023
Una maravilla leerte porque nunca defraudas.
Describes las situaciones de manera que el lector directamente ve y siente lo que cuentas.
Genial.
Encantado de que te haya gustado. Muchas gracias por tu crítica, eres muy generosa.